domingo, 30 de diciembre de 2012

Prejuicios Sociales


Hoy me quede pensando y dije te pasas el día a día observando todo lo que te rodea y creándote ideas sobre lo que ves: quién va detrás tuyo en la cola del supermercado, en el camion, cómo va vestido, qué cara tiene; seguramente tu cerebro no reaccionará de la misma manera si esperas tu turno al lado de alguien trajeado, que usa un perfume caro; que si lo haces al lado de alguien que por su aspecto exageradamente descuidado te causa inseguridad.
Los prejuicios sociales. Si esos que a diario nuestro cerebro crea que un hombre con corbata, buenos zapatos y portátil en mano es más de fiar que un indigente. Y que en cambio, alguien con no muy buen aspecto podría por ejemplo robarte. Y eso no funciona siempre así. Dudo mucho que alguien entre en un supermercado con su ordenador portátil y empiece a robar, ¿pero por qué no? Cosas más raras se han visto.
Y que con esto? Con este ejemplo quiero darte a entender que nuestra fachada puede mostrar mil imágenes según el momento en el que nos encontremos, quién nos juzgue, el lugar, etc. Esto son los llamados  prejuicios sociales.
Si ahora mismo alas 23:20 sales de casa con tus pijama y te sientas en una esquina de tu calle a pedir, darás la imagen de ser un pobre y quienes no te conozcan y te vean te creerán; si te arreglas bien y te vas a una súper fiesta puedes pasar por un  por un prepotente, por un ligón, por lo que quieras.
Si conoces a alguien y durante ese día no hablas mucho, aunque solo sea porque no te apetece, quizás te digan que eres muy callado y tímido. Pero si de lo contrario esa persona que no te conoce de nada te pilla en otro momento, la imagen que cogerá de ti será la de alguien muy abierto y sociable, aunque no te haya visto interactuar con nadie más.
Es curioso y gracioso: somos amables, bordes, simpáticos, cariñosos, distantes, tímidos, alegres, sociables, callados, impacientes, vagos, perseverantes, todo eso y más.
Pero no siempre; eso dependerá del momento y de la persona que nos pre juzgue sin antes conocernos de verdad. 
Los prejuicios sociales funcionan así, basta un rumor, un comentario sobre alguien o verle para juzgarlo de forma eclesiástica y decidir cuál es su verdadera personalidad en nuestra mente. Viste mal, entonces desconfía de él. Buenas noches 


No hay comentarios:

Publicar un comentario