Hay algo que a veces me quita el sueño y que por momentos se me llena la cabeza de
ideas y sentimientos al ver tantas personas que padecen de hambre y no solo
hablo del hambre de tener la dicha de comer un trozo de pan, hablo del hambre
de ayudar, de hambre de paz, del hambre de realmente amar a tu prójimo, el
hambre de no odiar a los demás y del hambre de la nobleza.
Muchas personas tal vez estén al
igual que yo con ese tipo de pensamientos, de ideas que pasan por su cabeza,
muchas con ideas de que nunca se lograra acabar con el hambre, pero yo me
pregunto qué pasaría si todos simplemente nos olvidáramos de esa falsa idea y
nos propusiéramos que cada día al levantar uno de nuestros propósitos del día
fuera que a aquel que viéramos necesitado de algún pan, algún trago de agua se
lo diéramos, que simplemente cuando lo viéramos solo nos diera lastima pero que
no hiciéramos absolutamente nada por ayudarlo, no con darnos lastima ya nos
podremos considerar buenas personas, al contrario si sientes ese sentimiento
tienes la doble responsabilidad de ayudarlo, de no hacerte el sordo o el ciego.
Podríamos decir que lo que estamos haciendo tan solo es una gota en el océano
ero el océano no estaría tan lleno si no existiera esa gota.
No hables y digas que la pobreza
esto, que la pobreza aquello, no critiques, no juzgues, no trates de que otros
lo hagan, mejor empieza contigo mismo. Levántate y ayuda a los demás, que todos
nos necesitamos unos a otros, insisto no te esperes y solo hables de la pobreza
como algo trágico y se lo dejes al gobierno de tu país. que si vas al centro de
tu ciudad y ves a una persona necesitada le tiendas la mano y le des de comer y
platiques con el a veces las personas tenemos hambre de ser escuchadas si solo
eso ser escuchadas.
Esto lo relaciono con aquel indigente que ves o aquel
borrachito que no tiene una casa donde dormir y tu lo puedes juzgar y decir:
eso es lo que se ha ganado por no vivir con responsabilidad y ahí te
haces tus ideas de decir: hay para que los ayudo si le doy dinero va a
terminar embriagándose o drogándose y si el
99% podría ser cierto pero que pasaría si mejor le brindas
un taco o una pequeña charla? todo eso cambiaría
Ahora que escribo esto me acuerdo
mucho de aquellas palabras:
‘’ Al final de nuestras vidas, no
seremos juzgados por cuantos diplomas hemos recibido, cuantos dinero hemos
ganado o cuantas cosas grandes hemos hechos. Seremos juzgados por: Yo tuve
hambre y me diste de comer. Estuve desnudo y me vestiste. No tenia casa y me
diste posada’’ Madre teresa de Calcuta
Pero hay más hambre, el hambre de
amor, de ese amor al prójimo de no dejar que te llenes de prejuicios, de odio,
de rencor hacia alguna o varias personas.
Acaso por tu mente nunca ha
pasado el imaginar poder sentarte con esa persona que le tienes algún
resentimiento y platicar con ella y decirle: perdón por haberte hecho eso
(aunque en un momento dado tú no hallas sido realmente el que haya ofendido) o
acaso tienes el corazón tan duro que no te permitirías hacer eso.
Así que ponte a trabajar y
empecemos con nosotros mismo, no esperemos a que otro lo haga, cada día hay que
ver una oportunidad para levantar a nuestro prójimo y saciarlo tanto con
pan como con amor.